Me pregunté por qué y entendí y acepté. No está bueno. No me gusta. Pero está ahí. Todo está ahí.
La respuesta al por qué es un cómo, un dónde, un cuándo. La respuesta trae más preguntas, como decía Agustina, mientras nos enseñaba a respirar. Y a veces uno no tiene ganas de ir por más preguntas y más respuestas y más preguntas y quedar atrapado en un loop.
A veces, un quiere ser simple. Dejar fluir. Vivir el ahora, el ya. Como el chasquido del dedo con el que Solchu nos traía al presente. "Aquí, ahora, al 100%".
Lástima que el por qué ya me lo pregunté .Asi que ahora solo me queda saber el : para que?