lunes, 15 de abril de 2013

Our idiot brother


Ayer vi "Our idiot brother" y, entre lágrimas (porque ya se sabe que yo lloro con cualquier cosa) me quedé pensando en esto de vivir la vida desde un lugar de inocencia y de dar todo esperando que el otro esté a la altura, que responda como debería responder. 

En algún momento, la inocencia se interrumpe y nos encontramos con que la vida no es lo que parece y la gente no es lo que pensamos o queremos que sea y ese choque se convierte en un hito en nuestras vidas. Es un momento en el que nos damos cuenta de que la maldad existe y que tenemos que estar preparados para enfrentarla porque sino el mundo nos come crudos. 

Yo conocí esa maldad muy chico, creo que tendría unos 7 años. No importan las circunstancias sino el recuerdo de que quién debía ser bueno, fue malo, y el dolor, la indignación, la tristeza, la vergüenza que eso provocó.

Sería buenísimo vivir toda la vida pensando que la gente es buena por naturaleza y que podemos vivir en un mundo de paz y amor, pero no sería real. Algunos lo aprenden más grandes, otros, como yo, lo vemos cuando somos demasiado chicos y aún no entendemos lo que está pasando.