miércoles, 8 de mayo de 2013

Instrucciones para vivir bien...


Instrucciones para inflar un globo
Primero y principal, lavarse los dientes. No hay nada mas asqueroso que un globo tirando olor a milanesa con papas fritas. Es importante utilizar globos de tipo cotillón, demás globos no están aceptados por este curso (Si, hablo de esos que se guardan en la billetera).
Luego, solo inflaremos nuestros cachetes cual pez globo y soplaremos a más no poder. Este es el momento en el que nos duele la cabeza, se nos caen los mocos, se nos tapan los oídos y nos lloran los ojos. Es hora de fijarse si no estamos soplando por el lado bajo del globo y no por la obertura dispuesta justamente para su inflado.
Si nos pican las mejillas, con un leve acalambrado mandibular, es que vamos bien.
El tamaño, si importa. Un globo muy grande, dará a entender que tapamos otros complejos. Un globo chico, no es divertido. A saber elegir.
Una vez logrado el tamaño deseado, lo dejaremos a nuestro lado y tomaremos otro globo (sin inflar, obvio) y volveremos al primer paso hasta que nuestras madres nos digan: “¿Podés dejar de inflar los globos?”.
Instrucciones para reducir el dolor de golpes
Toda persona en cualquier instante de su vida, sea joven o vieja, se golpeó el dedo chiquito del pié contra la pata de la cama, de la mesa o del sillón.
Un método para reducir el dolor es, inmediatamente, tomar posición fetal y, con nuestro índice y pulgar, asir el dedo golpeado y presionarlo de tal manera que podamos ver el aumento y disminución de tamaño de nuestro pequeñín.
Algo muy importante a saber es el no contener la puteada. Está científicamente comprobado que el contener una buena puteada al cielo no sólo aumenta el dolor, sino que también está mal visto por la RAE, que tantas y tan lindas palabras nos ofrece en esos momentos, como para que nosotros vengamos a abreviarlas, decirlas mal o no terminarlas. No es lo mismo un “me ca…-careo en todos” que un “me cago en la santísima virgen“. Yo no veo a Héctor Alterio diciendo “¡la pu…-trefacción, que vale la pena estar vivo!“. No. Él lo dijo bien claro: “¡La puta, que vale la pena estar vivo!“, y puede notarse que esa frase, sin la puta, no vale la pena.
Otro método que reduce notablemente el dolor, es la pronunciación con énfasis y repetidamente de la letra “S”, y nota a esto, tomando el aire para adentro. No es la forma normal de decir la S, ya que lo hacemos expulsando el aire, y pierde todo su poder curativo.
A la cuarta vez de hecho esto, el dolor irá desapareciendo con lo que podremos empezar a frotar nuestro meñique-patular con los dedos que lo sostenían anteriormente.
Para finalizar, siempre es bueno culpar a otro de nuestro impune andar en pié descalzo por el comedor o el dormitorio, con frases como -¿Por qué moviste la cama? , -Esta mesa de mierda que compraste con patas tan salidas, o mejor aún, -¿Quién mis libros en el medio del pasillo?. Recordando siempre de meter un “puta”, “mierda” o “carajo” entre medio de la frase para hacernos oir.
Como último paso, siempre es bueno soplar el dedo golpeado, conservando la posición fetal tomada en el momento del impacto, y dejar que la suave brisa de nuestra boca quite el imponente color rojizo de nuestro dedo.
Instrucciones para ser feliz
Cada paso se añade a los anteriores, excepto el 1, el 9 y el 10.
1º Sonría.
2º Ladee su cabeza 33 grados, acercando su oreja al hombro.
3º Parpadee repetediamente.
4º Exhale un “ahhhh”.
5º Recuerde el momento que su perro hacía sus necesidades en el patio del vecino.
6º Abrácese, con ambos brazos.
7º Acaricie su espalda, y dése unas palmaditas.
8º Flexione su pierna derecha, acercando el taco de la misma a su cola.
9º Regrese a su estado de firme.
10º Repita todos los pasos.