miércoles, 8 de mayo de 2013

Echo pomada!


En el tren te la venden como un milagro equivalente a la penicilina, que curioso que unicamente me tope con un distribuidor en los vagones del tren. Quiza en otros trenes se pueda conseguir, no lo se con total certeza. Se trata de '¡la Pomada China Milagrosa, la Chiquitita!' que cura absolutamente todo con tan solo untarte el contenido de un frasquito similar a una moneda de cincuenta centavos. Con tan solo dos pesos uno encuentra la solucion de todos los problemas de la vida, ya es tiempo de abandonar la oracion por sanidad parece.

Mentira, estoy exagerando, funciona como analgesico y antiinflamatorio, pero la campaña de marketing del vendedor ambulante me dan ganas de tomarme el tren, comprarme la pomadita y esperar ansioso que me duela algo. Me recuerda a cuando Jaimito le pedia a los Reyes Magos un tampon, que si bien no sabia que era, segun escucho en la tele, con un tampon podes saltar, correr, nadar, andar en bici 'y no te pasa nada'.



A la sensacional campaña de marketing la relaciono con la de otro vendedor que logro embaucar a un consumidor que mencione en mi texto , el gordo Chiki. Segun el carismatico comerciante, la lapicera que ofrecia era de origen aleman, ensamblada en China -cuando no los chinos-, y escribia en todos los idiomas y todas las direcciones -eso era cierto, aunque no probo con lenguas autoctonas hasta donde supe-.