lunes, 13 de mayo de 2013

Cal y Arena





El otro día escuché la frase “Una de cal y otra de arena”, y se me ocurrió algo que contar en el blog sobre las cosas malas y las cosas buenas que nos pasan. El problema es que me dí cuenta que no tenía muy claro si la cal era buena o mala, y lo mismo me pasó con la arena. No sabía si la parte mala o buena se refería a una u otra.

La verdad es que no me preocupé demasiado, porque José Google me iba a dar la solución seguro. Si te tengo que ser sincero, no encontré una respuesta que me conformara. Obviamente no había un lugar específico en que se me ocurriera buscar, y las opiniones de la gente, según sus diferentes experiencias, decía que la buena era la cal, o la arena, sin un argumento muy sólido.

Se me ocurrió preguntarlo en Facebook después, y sucedió lo mismo, hasta que alguien me aseguró que no hay una buena y otra mala, sino simplemente son complementarias, a veces en la vida hay algo de cal, y otras veces algo de arena.

Creo que el problema es que a veces estamos cansados de siempre encontrar arena, y nunca algo de cal, y sin darnos cuenta, en lugar de ir a buscarla al lugar correcto, la intentamos encontrar en medio de un arenero. Definitivamente se nos va a hacer mucho más difícil encontrarla. El inconveniente no es que nos hayamos equivocado, porque en ese momento deberíamos dejar el arenero e ir a buscar la cal a otro lugar. El tema es que muchas veces nos empecinamos, y nos intentamos autoconvencer de que algo de cal tiene que aparecer ahí, y seguimos mucho tiempo desilusionados porque no aparece cal en ese lugar. El problema no es que no aparezca la cal ahí, sino que somos nosotros los que preferimos culpar al arenero en lugar de ir a buscar la cal al lugar correcto.

¿Sabés qué es lo peor? Que al lado del arenero hay una enorme "fábrica" de cal, y no la vemos!

Esas son cosas que se le ocurren a mi cerebro cuando escucha una simple frase como “Una de cal y otra de arena.”