lunes, 25 de febrero de 2013

Maike! vamos a dar una vuelta?


Querido Maike:
Es la primera vez que escribo a un perro y no sé como escribirte para colmo una carta que no vas a leer, porque los perros no saben leer,obvio.¡Escribir a mi perro! ¡Qué boludes!. Puede ser una forma absurda de perder el tiempo,pero... hacemos tantas cosas que no parecen aparentemente absurdas y en cambio lo son. Hay muchas cosas que pareciendo lógicas son totalmente locas, tenemos el claro ejemplo de la guerra. ¿Hay algo más ilógico, inhumano y brutal?, por mucho que se empeñen en querer justificar la necesidad de su existencia con causas falsas y aparentemente lógicas.  Engrandecemos a una persona con la imaginación y luego cuando la perdemos o nos falla, nuestra mente nos tira una pregunta: ¿Es capaz de dar más cariño un animalito que una persona?. A veces, la respuesta es tristemente afirmativa. Vivimos presos de nuestros anhelos, con las horas contadas y sumergidos en la inmensa locura de esta triste ciudad de Tortuguitas, sin tiempo para otra cosa que no sea criticar y satisfacer nuestro ego,¿Te acordas Maike, nuestros largos e interminables paseos por las afueras de Torcuato? Como no tenía plata de sobra para pagarme ni un pancho y sí tenía en cambio muchas horas que matar, -olvidamos a veces que matar el tiempo es una forma de matarnos a nosotros mismos-, nos dedicábamos a recorrer juntos por la San Martín todas la calles, la rambla, la casita abandonada que estaba llena de palomas,la ypf abandonada,el hindú golf.Y vos,Maike me acuerdo que corrías intentando atrapar algún sapo, pero cuando llegabas,se metían rápido en la sanja quedabas re caliente mientras emitías furioso unos roncos ladridos de protesta.

Entonces yo te llamaba y te acariciaba en la cabeza para que se te pasara la bronca, en fin,tanto yo como vos, había querido alcanzar tantas cosas en la vida, había soñado realizar tantos sueños, y me había trazado tan imaginarias metas que nunca había podido alcanzar y que habiéndome resultado tan escurridizos a vos los sapos, había conseguido lo mismo que vos, ¡Nada!, me correspondías meneando la cola alegremente o lavándome las manos a lenguetadas y te re mandabas a perseguir a las mariposas, o intentabas agarrar una mosca que volaba como si quisieras demostrarme con eso, nuevas y distraídas actividades, que siempre hay que volver a empezar, e intentarlo todo de nuevo, aunque nuestros esfuerzos no hayan resultado.Pero… ¿Y las fuerzas, Maike? ¿De donde las iva a sacar? Son demasiados rechazos, demasiada indiferencia ante tantos esfuerzos inútiles, y tantos intentos fallidos.Al fin surgió la posibilidad de trabajar acá  lejos de la casa donde crecimos juntos en Don Torcuato, ahora trabajo, sí, pero… ¿A qué precio?, tuve que dejarlo todo, el barrio, mi casa, el club, algunos amigos entre los que te encontras vos, que eras uno de los mejores, porque me aceptaste como soy, sin ningún tipo de prejuicio social, y sin reprocharme nada, siempre dispuesto a acompañarme a donde fuera, incluso acá  a varios kilómetros, si hubiera sido posible o las circunstancias lo hubieran permitido, ¡pero, no! Tuve que internarme.Aunque mama siempre quiso me negué rotundamente a ponerte bozal ¿para qué aparte? Si se que sos incapaz de morder a nadie, y mucho menos de llevarte atado, privado de la libertad de saltar y correr a tu aire, ejerciendo tu libertad, derecho fundamental que Dios otorga a los seres vivos.Cómo me gustaría ahora poder jugar con  vos un rato con aquella pequeña pelota de rugby babeada que estaba debajo de la parrilla escuchando las suaves protestas de los vecinos por el alegre y ruidosos quilombo que hacíamos cuando ellos todavía no habían terminado de dormir la siesta.
Siempre me acuerdo de vos y me haces falta ahora en esta nueva casa Maike, y cuando veo a alguna persona paseando con su perro, siento envidia y la nostalgia me golpea por dentro mal.
Para colmo ahora antes de llegar a casa viven unos cirujas que están llenos de perros y no paran de ladrarme cada ves que paso,como me gustaría que estés para defenderme, asi que solo me queda esperar que pasen rápido los meses y te mudes conmigo devuelta para tener al amigo que no encuentro entre los demás hombres, porque… ¡es re loco!, sólo se valora la amistad de un animal cuando los humanos nos fallan y me fallan tanto últimamente... Nos vemos pronto!