sábado, 18 de junio de 2016

El mate

El mate no es una bebida, y se lo digo a aquellos que se la pasan tomando café como si los hiciera mas intelectuales o aquellos que toman mate cocido queriéndola caretear que toman una especie de te cuando en realidad el mate cocido es exactamente eso.. mate, pero servido en esencia a un recipiente que le podemos llamar tasa. Bueno, sí. Admito que es un liquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En donde yo me crié nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse. El mate es exactamente lo contrario que la televisión. Te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo. Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Entre mujeres charlatanas y chismosas, entre hombres serios o inmaduros. Entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y gorilas ceban mate sin preguntar. En verano y en invierno. Este es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular. Nada de pantalones largos o circuncisión, nada de cumplir los dieciocho años ni debutar con una prostituta.. Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. Sin nadie. No es casualidad; no es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es porque descubrió que tiene alma.