miércoles, 31 de julio de 2013

Demen las papas!

Vivir en Tortuguitas implica que cada tanto haya que acomodarle ciertas perspectivas a la gente. Nunca falta la vieja que te maltrata para subirse antes al colectivo ni aquel que no te deja bajar del tren por su intensa admiración al sector puerta del mismo.

No es que "acomodar" vaya a ser la tarea que amargue un día completo, pero sí es detener el tiempo para hacerse visible: "yo también vivo acá, viajo acá, pago esto, etc".

Esta reflexión llega porque hoy me fui a comer a Burger King, el que está en el shopping que esta aca cerca, creo que le dicen " El Open" wacheen! Estaba lleno de gente, todas las paredes cargadas de colores chillones y globos atados en cada rincón. Cascoteado de niños, un desastre.

No pude con mi ser y pedí un Stacker triple porque yo lo valgo, tenía hambre y a las cinco de la tarde no era negocio llegar y comerme una tostada con queso blanco bajo en calorías cuando tenía el estómago prendido de las costillas porque tomo cafe todo el día. Las papas me las alcanzaban a la mesa, eso me dijeron cuando me dieron la bandeja. Subí, devoré la hamburguesa, me limpié rápido la boca, acabé con la gaseosa y bajé a la línea de cajas con los restos de cartón sobre la bandeja en una mano y el ticket de compra en la otra.

-Mirá, me alcanzaban las papas a la mesa pero yo ya terminé de comer y las papas jamás llegaron... -no me dejó terminar. Sin modismos recurrentes y sin siquiera mirarme a los ojos, aquel Gerente giró sobre su eje para armarme un cartón con papas.

La ira me infló tanto la cabeza que levanté la voz a tal punto que muchos miraron y le dije: -Ya ter-mi-né de comer, no las quiero. Te pido el dinero de las papas.

No es que yo sea malo pero este chiquito captó rápidamente el mensaje y me devolvió catorce pesos, que casi me muero de la miseria ahí mismo. A veces está bueno sentir que te dieron plata por quejarte un poco, pero a decir verdad siempre nos están cagando.

Cuando le conté a mi vieja, dijo: "Es más la gente que cuenta que le afanaron en el vuelto que los que dicen que se encontraron plata en la calle". Hija del populismo.

Estando en el medio

Esta semana no termina más. El lunes pensé que era martes, el martes que era miércoles y hoy miércoles pienso que mañana es viernes y qué bueno que ya llega el fin de semana. Lamentablemente, mañana, es jueves. Y ni siquiera es que ya es jueves al mediodía, si no que todavía estoy en el miércoles.

A decir verdad, los miércoles me parecen deprimentes. Ni chicha ni limonada, como dice la frase. Es insípido como hijo del medio o cuando te preguntan si querés comer esto o aquello. Está en el medio y nada me pone tan loco como las cosas que están en el medio.

Cuando abrí el blog para escribir, sabía el objetivo: hacer una nota rápida para mi futura psicóloga -tiene que ser mujer, una mujer imponente y poderosa- y recordar que lo que está en el medio me molesta, y que el corazón se le acerca bastante.